Una noche de esas , en las que uno duda sobre la magnitud de lo que va a presenciar, se abrió con la actuación de los estupendos «Monsieur Periné»y su orquesta»Ciorcadélica» con más músculo que un luchador de UFC y una front-woman capaz de eclipsar ,con un pestañeo y dos bailes, países enteros. Una alegría que se contagia con risas y ejecuciones llenas de compenetración, una fiesta constante evocando a su preciosa tierra Colombia. Con tres discos en su regazo “Hecho a mano”, “Caja de Música” y “Encanto Tropical” dieron una hora y cuarto de show que se hizo breve, ágil y divertido ,dejando el patio calentito y preparado para la entrada de un Juanes muy esperado.
Y hablando de Juanes y su concierto ,empezaré diciendo que el Colombiano ejecutó un perfecto ejercicio de reducir la inmensidad a la intimidad, el mainstream a la independencia, cómo convertir en sencillo algo que traspasa los continentes, truco de magia de hora y media de concierto donde la humildad del artista encajó a la perfección con un público que le sientió cercano, amigo, confidente. Una producción la mar de sencilla, visuales muy comedidos, batería ( ese maestro Novati dando estopa) teclas, bajo y guitarra fueron suficientes para proyectar con solvencia hit tras hit, abriendo con un trío de ases “A Dios le pido”, “Fuego” y “Mala Gente” que nunca defraudan, increíble la recámara que tiene el amigo Juanes, puede alimentar sin pestañear oídos vagos y a la vez exigentes. Un repaso por sus clásicos, “Fotografía” , “Camisa Negra”, “Me enamora”, “Es por ti”, “Volverte a ver” recuerdos a la música popular y una actualización hecha cumbia y electro latino con “La Luz” y “La plata”que encaja a la perfección con ese mensaje internacional “worldwide”. Hasta un recuerdo a los chicos de MORAT y ese “Besos en Guerra”. “Una Flor” fue la propina para un público gritón que demandó una más con mucha intensidad. Set list completito y bien escogido en un Entorno privilegiado, el del festival veraniego «Noches del botánico» que da pie a que los artistas estén tranquilos, relajados ,en comunidad con su foro ,convirtiendo la música en fusión casi mística.
Difícil no mover los pies y el culito ante la apisonadora de Carolina del Príncipe, recuerdo desde la tranquilidad de quién es el que maneja, pin pan, golpe seco y muerte dulce para los pobres ingratos que sin calibrar los daños que podían ocasionarnos ,fuimos abducidos en un universo musical de pura pata negra .
Si alguien me pregunta si estuve viendo el concierto ,prometo negarlo aunque me metan palillos en las uñas ,pero he de decir-y que quede entre nosotros-qué me lo pase pipa.
David Prida . Django