Greg Izor. Café Comercial

Que no me acusen de formar parte del patriarcado por decir estas cosas, pero he de reconocer que soy un gran admirador de la manifestación artística de la testosterona. Yo, cuando veo a un tipo pegar patadas al suelo como hacía Greg Izor la pasada semana en el Café Comercial de Madrid mientras metía sexta con la armónica, es imposible que no se me apriete el pecho con esa sensación tan rara a caballo entre la felicidad, la ansiedad, la admiración y la entrega. Uno no sabe si reir, llorar, mirar, no mirar… a mí personalmente me da por la carcajada y el abrazo fácil. El de Austin también canta, y aprovecho la oportunidad para recordarles que el Blues, con permiso de BB King y Stevie Ray, es un estilo vocal y lo es por razones muy concretas; investiguen sus raíces. Lo dicho, que les cante un shuffle Greg Izor como el cantó para abrir la noche, Jailine, composición propia, y luego me dicen ustedes si le prefieren como cantante o como armonicista. Yo todavía estoy deshojando la margarita.En los conciertos de Greg Izor hay un poco de todo, no es Blues al uso. Se escucha Swamp, Rock&Roll, algo que yo quiero llamar Swing pero que no tengo del todo claro lo que es, Shuffles de los de toda la vida… pero hay un hilo conductor, un sonido que yo no asocio al Mississippi, sino al Sur, a la frontera. Tiene más rabia y más poder, cruje más, pero es menos puro que el Blues del Delta o el de Chicago. A mí personalmente es el estilo que más me gusta y es el que claramente se influencia y vive más en el límite con otros estilos ya mencionados.

Lo dicho, la cosa empezo a las 21.15, y he de reconocer que tanto al artista como a su banda, The Mad Reeds, les costó dos o tres temás entrar en calor, pero para cuando empezamos a escuchar canciones como Stuck In The Bottle o I Was Wrong, no sólo estaba el escenario soltando chispas, sino que además el público había perdido toda noción de sí mismo para abandonarse por completo a la música. Noche mágica. Increíble el ambiente, tanto es así que Greg y los Reeds pidieron permiso a la sala para sobrepasar la hora y regalarnos otras dos canciones.

Aunque ninguno queríamos que acabara la noche termino con aquello de, What it is, What it is. Mención especialísima a una banda que es todo solidez, gusto y cuidado de hasta el último detalle, Emilio Arsuaga (segunda armónica), Carlos Arsuaga (batería), Cesar Crespo (guitarra), Álvaro Buoso (guitarra) y Nacho Mendívil (bajo). Cuiden como se visten, como suenan, como se dirigen al público, como hacen sus redes, pruebas de sonido, equipo, incluso como tratan al personal de la sala, y su público en vez de ir a un concierto, pasará a vivir una experiencia. Increíble lo de estos chicos.

texto:Rafa Noriega

fotos: David Prida