Reverendo Shawn Amos. Clamores

 

Hay un refrán que dice “Según el hato así te trato”, y está claro que si por el hato tuviéramos que juzgar al Reverendo Shawn Amos, le daríamos una  matrícula de honor. No se puede ser más elegante, un traje azul a medida, con todos los complementos habidos y por haber y unos zapatos que parten con la pana, pero si nos salimos de la valoración estilística y nos ponemos a nadar en la musical, hemos de decir que asistimos a un concierto de los de sacarse el sombrero, la chistera o la txapela. El lugar fue la sala Clamores, y la misa de nueve la ofició un reverendo acompañado por un trio de monaguillos con solvencia y juventud en el caso de la base bajo y batería y experiencia y cuerda añeja en el caso de la guitarra.

Con una trayectoria llena de trabajos como productor, sumergido en el soul, el blues y todo lo que acaricie la música de raíces, Amos es un dominador del escenario, ejecuta los tiempos con solvencia, sabe meterse a la gente en el bolsillo, guiar a sus chicos durante el trayecto y todo eso sin quitarse ni el sombrero ni la americana. Una harmónica que te hace rezar para entrar en el infierno más oscuro, donde las voces resuenan en tu cabeza a la vez que lo hacen los zapateos de este blues man. Un trabajo recién salido del horno llamado “Breaks it Down” fue uno de los culpables de la gira que dieron por España, en Madrid sonaron, “Aint Gonna Name Names”, “The Jean Genie” y “2017” como inyecciones secas y traicioneras, todo el show está lleno de subidas y bajadas, la calma prepara la tempestad y el resto de la tempestad llena la siguiente calma.

La gente en el bolsillo desde el minuto uno, siendo participe del credo de Reverendo, sacó el catecismo y nos entonó un I love you con la misma facilidad que disparó temas de su anterior trabajo “Days of depression”, “Brothers keeper”, “Hollywood Blues”, “The Outlaw”, “I´m The Face” y “Boogie”.

Una verdadera sorpresa, un showman que en cuanto coja un poco de fama, visite algún festival o sufra el efecto boca oreja, llenara las salas con la misma facilidad que te atrapa hacia su religión, capaz de hacerte inmolarte sin compasión sobre un muro pintado en negro con la palabra BLUES.

Texto: David Prida (Django Desencadenado)

Fotos: David Prida (Django Desencadenado)